
Disfrutamos de un increíble evento bajo un cielo pintado del atardecer y un sol cálido representativo de nuestro hermoso Yucatán, lleno de momentos especiales, sabores tradicionales y el aroma que nos cautiva de la leña y las tortillas recién hechas por nuestras cocineras mayas. La atmósfera que se crea entre la fusión de las tradiciones culinarias y las familiares, hicieron de este evento un momento inolvidable. La comida jugó un protagonismo valioso, recordándonos lo importante de estar orgullosos de nuestras raíces y nuestro sazón tradicional.
Se degustó tres tiempos seleccionados especialmente para disfrutar de esta experiencia; Comenzando con un “Xec” que en maya significa “Revuelto”, ensalada o coctel de frutas de la región, en especial la “china” o naranja dulce, mandarinas, jicama, toronjas, cilantro, entre otros ingredientes; acompañado de un “Tikin Xic” a los que muchos le llaman “el guacamole de los yucatecos” para despertar el apetito de todos los invitados.

Continuó con un platillo entre empanadas de chaya y panuchos de cochinita, acompañados de una deliciosa margarita de chaya, que resalta los colores más representativos de nuestra tierra, y realza la viveza del momento y la alegría que se disfruta.

Para el plato fuerte, una deliciosa sopa de lima, servida al momento, y un queso relleno; Por último y que no puede faltar, el postre se sirvió como degustación entre un flan napolitano, favorito entre los comensales del Restaurante Kinich; Caballero pobre y un mazapan de almendra en formas de frutas y texturas. La noche se vió encantada por estos platillos, y dimos bienvenida al festejos, llenos de energía, y como dirían muchos “con la barriga llena y el corazón contento”.